El rol del dentista en el diagnóstico de Enfermedades Sistémicas
La salud bucal no solo está relacionada con los dientes y las encías, sino que también puede reflejar el estado general del cuerpo. En este sentido, el dentista desempeña un papel crucial en la detección de enfermedades sistémicas. Estas son afecciones que afectan a todo el cuerpo, no solo a la cavidad bucal, y muchas veces pueden no presentar síntomas evidentes en sus primeras etapas. A través de un examen dental exhaustivo, los dentistas pueden detectar señales tempranas de diversas enfermedades sistémicas, lo que permite un diagnóstico temprano y, en muchos casos, la intervención médica oportuna.
¿Cómo se relacionan la salud bucal y las enfermedades sistémicas?
La boca es una puerta de entrada al cuerpo, y las infecciones o afecciones bucales pueden tener un impacto directo en la salud general. Además, diversas enfermedades sistémicas pueden causar alteraciones en la cavidad bucal. De hecho, ciertas afecciones pueden manifestarse inicialmente con signos visibles en los dientes, encías o tejidos bucales.
Algunas enfermedades, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, los trastornos autoinmunitarios, e incluso algunos tipos de cáncer, pueden tener vínculos estrechos con la salud dental. Los dentistas están capacitados para reconocer estas señales y derivar al paciente al médico para un diagnóstico más completo.
Enfermedades sistémicas que pueden ser detectadas por un dentista
1. Diabetes
La diabetes es una de las enfermedades más comunes que se detectan a través de un examen dental. Los pacientes con diabetes pueden sufrir de encías inflamadas, infecciones bucales frecuentes, y pérdida de dientes. Un dentista puede notar estos signos durante una revisión rutinaria y, si sospecha de diabetes, puede recomendar al paciente que se realice análisis de sangre para confirmar el diagnóstico. Además, la diabetes no controlada puede afectar el proceso de curación después de procedimientos dentales, por lo que es fundamental su manejo adecuado.
2. Enfermedades cardiovasculares
Las investigaciones han demostrado que existe una relación entre la salud bucal y el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Las infecciones en las encías, como la gingivitis o periodontitis, pueden aumentar la inflamación en todo el cuerpo, afectando los vasos sanguíneos. Los dentistas, al observar signos de enfermedad periodontal avanzada, pueden identificar a pacientes con un mayor riesgo cardiovascular y recomendarles que consulten a un cardiólogo.
3. Trastornos autoinmunitarios
Las enfermedades autoinmunitarias, como el lupus o la artritis reumatoide, pueden manifestarse a través de cambios en la cavidad bucal. Los dentistas pueden identificar úlceras bucales recurrentes, sequedad excesiva de la boca (xerostomía) o problemas de encías, que son indicativos de una posible enfermedad autoinmunitaria. Además, algunos medicamentos utilizados para tratar estos trastornos pueden tener efectos secundarios en la salud bucal, como la reducción de la saliva, lo que aumenta el riesgo de caries y enfermedades periodontales.
4. Cáncer oral y otras formas de cáncer
Los dentistas son esenciales en la detección temprana de cánceres orales, ya que realizan exámenes regulares de la boca y los tejidos circundantes. Pueden detectar lesiones sospechosas, manchas blancas o rojas, y cambios en la textura de la piel que podrían indicar la presencia de cáncer. Aunque el diagnóstico definitivo debe ser realizado por un oncólogo, la detección temprana en la clínica dental puede salvar vidas al permitir un tratamiento rápido y efectivo.
5. Trastornos hormonales y cambios en la salud bucal
Los cambios hormonales, como los que ocurren durante el embarazo o la menopausia, también pueden influir en la salud bucal. Las mujeres embarazadas, por ejemplo, son más susceptibles a desarrollar gingivitis. Los dentistas pueden identificar estos cambios hormonales y, a través de un manejo adecuado, prevenir complicaciones como la pérdida de dientes.

El valor del examen dental rutinario
El examen dental no solo se limita a la revisión de los dientes, sino que también incluye la inspección de las encías, los tejidos blandos de la boca, y la identificación de cualquier signo de posible enfermedad sistémica. Los dentistas son profesionales de la salud altamente capacitados para reconocer los primeros indicios de muchas enfermedades, lo que les permite jugar un papel fundamental en la detección precoz.
Un examen dental de rutina, que se recomienda realizar cada seis meses, permite a los dentistas identificar problemas de salud antes de que se conviertan en problemas graves. De esta manera, pueden derivar al paciente a un especialista para su tratamiento y seguimiento, lo que no solo mejora la salud bucal, sino también la salud general del paciente.
El rol del dentista va más allá del cuidado exclusivo de los dientes y encías. Su capacidad para detectar signos de enfermedades sistémicas es invaluable y contribuye significativamente a la salud integral del paciente. Un examen dental regular no solo asegura una buena salud bucal, sino que también puede ser crucial para la detección temprana de condiciones médicas graves. Por esta razón, es fundamental acudir al dentista de manera periódica, no solo por motivos estéticos, sino también como una medida preventiva para mantener un bienestar general.
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